Un alto en el camino, una mirada a la blusa

Dice una amiga mía que es necesario pararse con cierta frecuencia a lo largo del camino de nuestra vida y reflexionar. No se trata de cuestionar, más bien se trata de re evaluar las decisiones que hemos tomado. Si se tratara de un outfit, la cuestión no sería pensar en el momento frente al armario del qué me pongo, sino en recordar las razones que nos hacen llevar esa blusa en ese momento. Probablemente, eso nos hará sentir muy bien.

Tenía muchas ganas de convertir esto en una alegoría, pero prefiero hablar desde dentro de mi blusa. Me resulta más cómodo, más fácil.

Mi blusa está hecha a mano, es una obra de artesanía finísima, hecha con la mejor materia prima, porque debo reconocer que mis motivos son buenos y que mi vida tiene mucho sentido.

Para mí lo más importante es ayudar a otros, es mi vocación y he conseguido dedicarme a ello. Por otra parte, tengo metas elevadas, sueños que poco a poco van tomando forma en la tierra. Es como si mi vocación fuera el tejido y mis sueños el estampado, siempre con pájaros, de esos que vuelan muy alto y en tonos primaverales.

Me dedico a mi vocación porque sé exactamente lo que se siente cuando la rutina y lo cotidiano ahogan tus inquietudes, porque he llorado al ver a otros que sí lo conseguían, y porque un día tuve en mis manos la oportunidad y lo que yo más quiero estuvo de acuerdo, no podía pedir más. Creí que esto de la vocación iba a durar poco, que me iba a desengañar… No es mentira, pero tampoco es verdad.

Muchas veces me veo desde dentro distorsionada, alguien que deambula, que no consigue nada con lo que hace. Pero yo no soy simplemente una blusa. Es llevarla lo que me hace feliz, no que me digan que la blusa es bonita o fea.

La blusa cumple su principal propósito: me viste, así como mi vocación manifiesta mis motivos y el poder ejercerla da sentido pleno a mi vida.

Poder llevarla es un logro. A veces hace demasiado frío o demasiado calor para ella, no siempre es fácil, no lo es.

Pero es la mejor decisión que pude tomar alguna vez.

El día que alguien alabe mi blusa… Le enseñaré a hacerse una.

Mientras podamos llamarlo hoy… Hagámoslo.

You Look Beautiful Today by Jim VecchiLa depresión se denomina en pocas palabras como exceso de pasado y la ansiedad, como exceso de futuro. Extrapolando estas proposiciones tan simples, saber vivir en el presente es el gran secreto contra los problemas emocionales.

Y ahora, presente, estoy escuchando una maravillosa canción de Etta James versionada por Beyoncè, «At last».

Y he pensado que mi cielo es más azul hoy, que me siento en el cielo, que tengo un sueño que apretar contra mi pecho, que con sólo su sonrisa comienza el hechizo…

Inspiraciones.

Porque he dejado el pasado atrás, porque otro día ,hace tiempo ya me inspiré muchísimo oyendo otro hit, «Listen», y fui a encontrar mi propia voz. Ya no me servía lo que otros querían escuchar de mí, ni lo que yo quería decir para acallar mi opinión.

Ahora soy más auténtica, meto más la pata, pero con muchísimo arte, me río la mayor parte de las veces de mis runrrunes.

Hoy quiero pensar en lo que tengo, no quiero mirar lo que me falta, porque Woman jumping over tall grasssiempre falta algo. Quiero disfrutar de mi hoy y de mí. Es más, voy a tenerlo todo, porque soñaré lo que me falta. Quiero ser agradecida con Dios y con mi gente.

Quiero dar gracias a Dios bien alto y bien fuerte por darme la vida, una boca que habla y sonríe y las herramientas necesarias para que estas dos cosas ocurran.

Quiero disfrutar de cada paso de este camino, incluyendo mis sueños, mis metas altas… Ellas también son parte de mí, mi libertad, mi capacidad de volar con los pies en el suelo pero la mente bien alta, y forman parte de mi hoy.

Expiraciones.

El cielo oscuro, la cueva en la que me intentaba refugiar y donde habitaron una vez todos mis fantasmas, la incómoda soledad de quien se siente ignorado por la suerte, cuando no es ni fue nunca cuestión de azar, la sonrisa que dolía por no entender las lágrimas… Eso quedó atrás…

Y es una maravilla.

At last.

At last my love has come along
My lonely days are over and life is like a song, oh yeah
At last the skies above are blue
My heart was wrapped up clover the night I looked at you
I found a dream that I can speak to
A dream that I could call my own
I found a thrill to press my cheek to
A thrill I’ve never known, oh yeah
You smiled, you smiled oh and then the spell was cast
And here we are in Heaven
For you are mine at last

Read more: Etta James – At Last Lyrics | MetroLyrics

Mi vecino del octavo.

Apartment BuildingsA veces, muchas veces, más de cuatro veces, todas las cosas no son… como parecen.

Qué gran Sevillana.

Normalmente soy feliz, de hecho muy feliz, mi vida está plenamente realizada. Intento medir la vida y la felicidad por momentos, y realmente tengo muchos buenos y grandes que atesoran mi retina y mi corazón.

Pero a veces…, a veces me siento mal. Hay cosas que uno pensaba que a estas alturas ya estarían más que alcanzadas, más que superadas, más que peleadas, que a estas alturas estaríamos disfrutando…Y no terminan de llegar.

Normalmente no suelo hacer comparaciones con otros, pero los momentos negativos para mí son de bucle y de runrrún. De hecho, yo podría parar ese tipo de pensamientos, pero a mi yo chungo le gusta castigarme.

Y entonces llega mi vecino del octavo. Del ocho, como diría mi madre. Y me da lecciones increíbles, y me demuestra que las cosas llegan cuando tienen que llegar, y que las cosas buenas se pelean. Porque lo que no se pelea, por muy bueno que sea, no sabe tan bien.(Tópico que decimos todos los que luchamos por conseguir nuestros sueños, pero no por ello menos cierto)

Veo cómo este vecino aguanta que de él digan de todo, y no sólo se aguanta, sino que sigue siendo el mejor:

El camino
El camino

su sonrisa, intacta. Siempre dispuesto a perdonar, siempre dispuesto a ayudar. Paciente, dinámico, un gran amigo y un gran padre… El mejor, de hecho.

Y luego, en mis actividades, veo cómo los esfuerzos son recompensados, cómo a cada persona le llega su hora para cada cosa, cómo la felicidad hay que saber recorrerla… Porque todo el mundo dice que no es la meta, que es el camino. Este vecino es el que me hace pensar, quien me inspira, y yo, que soy mucho de andar, me arranco con todo y mis cosas.

Ea, pues a andar todo Quisqui.

P. D.: Mi bloque tiene 7 plantas.

«Los yogures caducan»

Tres palabras que te ponen en tu sitio.

Desde pequeña preparándote, nacida a principios de los ochenta, con la democracia, el tándem González- Guerra arrasando  y saludando por aquella ventana, nuestros tíos con aquellos imposibles pitillos que desafiaban la fertilidad del más pintado, luego las hombreras, los tupés, las manifestaciones contra el terrorismo en la tele, las manos blancas…

Crecimos teniendo como referentes a las mejores, cómo no acordarnos de la melena de Kelly Kapowsky, vimos Pretty Woman antes de lo debido en casa de alguna prima con madre distraída, crecimos a golpe de pasarela de las top…

¡Estamos acostumbradas a poder con todo! En el cole nos enseñaron a rezar, a coser, a bordar, ( ojo que el mío era público), en el instituto a decir lo que pensábamos, y nuestras familias dejaron que nos expresáramos, nos animaron a ser felices.

Estudiamos justo antes que todo el sistema educativo español se viniera abajo, dábamos latín de obligatoria, escribimos sin faltas de ortografía… ¡¡¡¡Dios mío, somos la generación más afortunada de todas!!!!

Comíamos comida casera, no abusábamos de los dulces, nuestra salud estaba a prueba de bomba…

Pero no del tiempo.

¿Dónde quedaron esas ferias en las que una se duchaba y se iba a trabajar un día tras otro? ¿Dónde quedaron esas jornadas maratonianas de trabajo trabajo casa amigos casa? ¿Dónde quedaron esos puentes con amigas hablando sin parar hasta las mil?

Si teníamos enfermedades desde la adolescencia, ¿por qué nos las dicen ahora? ¿Por qué no nos dolía antes?

Y arriba encontramos la respuesta del médico (premio Nobel,por cierto)

Caducada.

Un saludo para el doctor, y una pequeña observación: No soy un yogur.(Premio Nobel para mí también)

Podría caer en el topicazo de soy como el vino que mejoro con los años… Pero eso no es verdad. Como me preocupe mucho por un tema tengo que pedir cita en el fisio, eso no es ir a mejor precisamente.

Tengo revisiones, chequeos, analíticas rutinarias, analíticas extra, hago deporte, como sano, todo para estar casi igual que antes…Pero cuando me miro al espejo ya no tengo los complejos que tenía con veinte años, sonrío plenamente, me siento amada por mí y por los míos, y sé mucho más de mí misma y de otros de lo que nunca imaginé.

Reconozco los momentos en los que necesito buscar paz y estar sola, sé comunicarme, y ya no me cepillo los rizos intentando alisarme el pelo (me niego a subir fotos de aquella época).

Ya juego a favor de obra. No doctor, no soy un yogur cualquiera. Soy un Actimel.